martes, 27 de marzo de 2012

Princesas, rompedoras de piernas profesionales

Era necesario hacer esta entrada, y quizás no es el mejor momento, ni personal, ni físico. Quizás esto provoque que la entrada no quede lo suficientemente bien, pero para ellas, jamás llegará a ser suficiente. 
¿Conoces esa sensación de saber que, sea la hora que sea, con el tema que sea, en el lugar que sea, ellas estarán ahí? ¿Sabes esa emoción de que no van a parar hasta sacarte la sonrisa, y que solo por estar ellas ahí, la sonrisa sale automáticamente muchas veces sin querer, incluso queriendo evitarla, porque no puedes con las lágrimas y sabes que ellas se merecen una sonrisa limpia, sin lágrimas de por medio que la ensucien? Si tienes esas sensaciones, no dejes escapar a esas personas. Pero siento decirte, que no las conoces a ellas, y que yo tengo la enorme suerte de formar parte de sus vidas. Te notan con un simple comentario que estás mal, saben cómo animarte, lo que te duele, lo que odias... Con tan poquísimo tiempo te conocen incluso mejor que tus amigas a las que veas día a día. Que no por ello ellas sean menos importantes, ni mucho menos. Pero este pequeño espacio se lo quiero dedicar a ellas, a esas princesas que parten piernas. 
Tenemos miles y miles de kilómetros entre nosotras, pero nos sentimos más cerca que si vivieran en nuestra propia casa. Es que, en realidad, es dónde están. Ya que las llevamos en un gran hueco en nuestro corazón. 
¿Qué decir de nuestras conversaciones? Son tan variadas... Risas, lágrimas, ánimos, fuerzas, exámenes, consejos, chicos... Miles de temas pero que solo nosotras sabemos tratar cómo los tratamos, con seriedad pero a la vez locura. 
¿Describirlas a ellas? Imposible, son únicas, cada una de ellas. Solo podría compararlas con la belleza de una rosa, quedándome corta, muy corta. Pero son mis rosas, cada una de un color, de un lugar, con su temperatura, su temperamento, pero con una fragancia única. Son ellas, Geli, Lorena, Laura, Nuria y Yai y su pedorro Dany, que aunque no sea una princesa, estuvo a punto de ser una reina :P. Lo único que podría describir es la sensación que tengo con ellas. Despertarte, mirar el whatsapp y tened un "buenos días princesas" de todas y cada una de ellas, irte a la cama con un "buenas noches princesas". Coged el móvil sabiendo que las tienes a ellas que te recuerdan día a día lo que vales y lo que significas para ellas. Y aunque algunas veces cojas el móvil y veas: 200 mensajes y digas: "será posible??? están locas!" Pero te encanta tener esos mensajes, saber que se acuerdan de ti y que están encima tuya para que cuando te caigas te levanten, y sino pueden, tirarse contigo para ver las nubes. 
Simplemente las quiero con todo mi corazón y tienen un hueco enorme que, pase lo que pase, siempre lo tendrán. 
Esta no es la mejor entrada que he hecho, ellas saben de sobra por qué, prometo mejorarla, pero necesitaba deciros que os quiero y que sois esas estrellitas que tiran de mi e iluminan mis noches tan oscuras. 
¿Os he dicho alguna vez que os quiero? ¿No? No me lo puedo creer. ¡¡OS QUIERO PRINCESAS!!

lunes, 19 de marzo de 2012

Despacio o rápido?

Iba agobiada, el corazon se me salia del pecho, corria con todas mis fuerzas, contra el viento, contra el mundo, todo me daba vueltas. Iba con tanta prisa que no me paré a pensar por qué iba a esa velocidad, qué es lo que me preocuba, a qué no podia llegar tarde.


Entonces pensé y me dije a mi misma:


¿Sabes una cosa? ya habrá tiempo para ir contrareloj, ahora relaja o te lo perderas todo, veras como es más fácil si te lo tomas con calma, si vas despacio, mirando a tu alrededor. De ese modo te darás cuenta de lo afortunada que eres por todo lo que tienes, y tendrás tiempo para apreciarlo antes de perderlo, ahora, junto a él, dale la mano y pasea a un ritmo saludable, disfrutando de la vida pasito a pasito, sin prisas. Disfrutando de cada detalle, cada brisa en la cara, sin importarte el peinado, para él siempre estarás preciosa. Si te apetece, para en seco para disfrutar solo de él y centrarte solo en él. Quédate fija en un punto concreto, en sus ojos, ese punto en el que se concentra tanta belleza, tantos sentimientos, tantas palabras mudas que se comunican acompañadas de sus gestos... No tengas miedo a decirle todo lo que sientes, coge su cara entre el suave tacto de tus manos, esas que cuidas cada día para que estén perfectas para él. Tus ojos se inundarán, sin poder evitarlo, de la emoción, él se sonrojará y te regalará una caricia en la barbilla, mientras te acerca a su cuerpo con su mano, empezarás a captar mejor su perfume, te hipnotizará y te embriagarás de este, te temblará todo el cuerpo, tu corazón ha empezado a bombear mucho más rápido, pero el tiempo y el mundo está detenido. Es el momento, quizás tu tono de voz no será suficientemente alto, serán susurros, incluso puede que ni te salgan las palabras y tus lágrimas de felicidad invadan sin permiso tus mejillas. Es la hora de decirle todos tus sentimientos, decirle cuánto te encanta y por qué, recordarle lo importante que es para ti, sincerarte completamente y repetirle que tu felicidad está junto a él, con sus sonrisas, sus lágrimas, sus buenos y malos momentos, con todo lo que ello conlleva. Él, con sus virtudes y sus defectos, esos defectos que lo hacen perfecto. No hará falta que le digas que tu sonrisa se dispara automáticamente con la suya, él sonreirá, se quedará sin palabras. Llega el ansiado momento de disfrutar del sabor de sus labios, pero recuerda, aún no, despacio, disfruta, siéntelo con tus 5 sentidos. Tu cuerpo se impulsará hacia la atracción del suyo, como dos imanes. Empezarás a notar el roce de su nariz con la tuya. Sentirás su respiración acelerada buscando un ritmo similar al de tu respiración. Tu piel se encrespará, poniéndose totalmente esa conocida "piel de gallina". Todas tus terminaciones nerviosas están totalmente receptivas a cualquier estímulo. En este caso, sigue siendo él. La yema de sus dedos recorrerá tu rostro, tu cuello, buscará el tacto de tu pelo. ¿Lo notas? Está a escasos centímetros. Te mueres de ganas, pero, ya sabes, la espera tiene su recompensa. Lo rodeas por su cuello con tus brazos. Te pondrás de puntillas instintivamente. Se cerrarán tus ojos. Y, disfruta, el primer contacto, tus labios han rozado el suyo inferior. Empieza a transmitirle todos tus sentimientos mediante el beso. Empezarás despacio, disfrutando de cada milímetro de sus labios, su tacto, su sabor, su color. Te dejarás llevar por los sentimientos y el ritmo empieza a aumentar, os compenetráis totalmente. Ritmo perfecto. Intensidad infinita, como la de vuestros sentimientos. Tus manos se dejaran llevar, buscarán su espalda, lo acercarás más a ti. Él te protegerá entre sus brazos, te llenará de caricias y sentirás todo lo que tiene guardado en su cuerpo, en su corazón, en su cabeza. Eso que tenía guardado bajo llave en ese gran rincón que había dedicado para ti. Porque, aunque no te lo creas, eres la privilegiada en ocupar ese hueco. Él así lo ha decido. Y tú así estarás en las nubes. 


Ahora te pregunto, ¿Cómo quieres vivir la vida? Rápido sin disfrutar de los detalles, sin darte cuenta de lo que recibes, de lo que das, de lo que tienes, eres totalmente inconsciente. ¿De verdad quieres que todo lo anterior se convierta en: "Me he besado con él" o prefieres sentir y experimentar todo lo anterior? 


No sé tú, pero yo me quedo con ser una cursi y disfrutar de él con mis 5 sentidos.

viernes, 9 de marzo de 2012

Dreams come true (Parte 5)

Allí estaban ellos, esperándola. Antes de que se pudiera dar cuenta de que eran ellos, ya estaba rodeada de los suyos. Abrazada por todos a la vez, quedando ella en el centro. Sus lágrimas bajaban mojando sus mejillas de la felicidad que inundaba su cuerpo. No faltaba nadie. Le faltaban brazos para poder abrazarlos a todos.
- ¿Pero por qué lloras tonta? - Dijo Dani E.
- Que no me lo creo aún, que alguien me de un pellizco - articuló Carmen entre lágrimas.
Geli, sin pensarlo dos veces, lo hizo.
- ¡Ay! Eso ha dolido - gritó quejándose.
- ¿Te he demostrado que es verdad no? - preguntó Geli.
- Con un beso de bienvenida me habría bastado ¿sabes so penca? - dijo acercándose a ella para rodearla entre sus brazos y dándole muchos besos en la mejilla.
- Oye, comparte, yo también quiero - Insinuó Ivan
- Tranquilo, tengo para todos - aseguró esbozando una sonrisa de las más sinceras que había regalado nunca.
Empezó a acercarse uno por uno, mientras Geli cuidaba su maleta, saludándolos, abrazándolos y, como no, comiéndoselos a besos. Después de Geli fue el turno de Dani E., seguido por Nuria, Ivan, Yai y Dany F. Al llegar a este último, esbozó una sonrisa cómplice con todos los demás, sacando de su espalda una rosa blanca.
- Pero bueno, ¿y esto? - exclamó Carmen sorprendida
- Es un pequeño detalle de bienvenida que hemos querido tener contigo, aunque te advierto que no es el único - río Dany F. entregándosela.
- Pero, ¿por qué os habéis molestado? Ya sabéis que solo puedo estar 2 horas y poco más con vosotros.
- Porque te lo mereces y punto, tú calla y disfruta del poco tiempo - ordenó Yai.
- Además como te ha dicho Dany, no es el único - aclaró Nuria.
- De verdad, sois tontos... Aunque venía preparada y no os vais a ir con las manos vacías, también os he traído un pequeño detalle - les contaba mientras rebuscaba en su bolso en busca de unos pequeños sobres.
En cada sobre estaba el nombre de cada uno de ellos, y aunque no estuvieran, también había para Lorena y Laura, que se encargaría de mandárselos cuando llegara de nuevo a Córdoba. Todos los sobres contenían lo mismo, una pequeña pulsera hecha de cuerda de escalada. 
- Como la pequeña, gran, familia que somos, quiero que todos compartamos algo significativo, algo que cada vez que lo veamos, nos acordemos de todos, que nos dé fuerzas en esos días de bajón, que nos recuerde que nos tenemos los unos a los otros para pasar los baches. Algo que solo nosotros tengamos - Dijo mientras los repartía. 
Se las pusieron en cuanto abrieron el sobre. Se hicieron varias fotos de grupo sujetando un cartel que ponía "Laura y Lorena, we miss you". Y se las mandaron vía whatsapp al instante. 
- "Quiero estar ahí" - Puso Lorena 
- "Yo también, ¡qué envidia! - Respondió Laura
Fueron a una cafetería a desayunar, no pararon de reír, darse abrazos y besos, hacerse miles de fotos, y cómo no, haciendo de las suyas. Esta vez la víctima fue Dani E., por no haberse leído la saga de "Canciones para Paula - Blue Jeans". Estaban desayunando churros con chocolate, y le propusieron el famoso juego de taparse los ojos con servilletas, mojar un churro en chocolate, y dárselo a la otra persona, el que acabara menos manchado es el que gana, pero claro, uno de ellos haciendo trampas, en este caso Carmen. Los demás ya la veían venir. Resultado: Dani con la cara totalmente llena de chocolate, los demás, de tanto reír, con dolor de barriga. 
- ¿Pero por qué te fías de mi? - Preguntó Carmen entre lágrimas de tanto reír.
- ¡Es que yo pensaba que eras buena persona! - Respondió Dani
- Pues verás como la próxima vez nos haces caso y te lees los libros - Dijo mientras se limpiaba las lágrimas.
Después del desayuno se fueron dirigiendo a la estación de autobús, el tema estrella era la sorpresa de Alberto. Que todos estaban más que informados y que estuvieron siguiendo el día a día de la planificación, ayudando con la sorpresa dando ideas, los nervios, las dudas... Fueron días complicados, hubo varios problemas en la planificación pero que poco a poco se fueron resolviendo. 
- ¿No sospecha nada? - Preguntó Geli
- Que yo sepa, absolutamente nada, confío en Jorge, además le he dado varias indirectas y no me ha dicho nada, y encima ayer me decía que pensaba que sus compañeros le querían hacer alguna putada, porque le han negado volver a casa el fin de semana. 
- ¡Quiero ver su reacción! ¡Grábalo por favor! - Exclamó Nuria
- Que os creéis vosotros que en cuanto lo vea lo primero que haga sea preparar el móvil para grabarlo, lo siento chicos, pero estaré temblando como un flan, y lo único que quiero hacer en ese momento es tirarme a sus brazos, aunque a él no le dé tiempo a cogerme, pero por lo menos lo intento.
- ¡Qué bonito es el amor! ¿A que sí tontito? - Dijo Yai mientras se enganchaba al brazo de Dany F. y se acurrucaba.
- Por supuesto que si princesa, sino míranos a nosotros. - Le contestó con una gran sonrisa. 
- No sé cómo podéis ser tan empalagosos... - Se quejó Dani E.
- Hombre, yo también sería empalagoso con mi chica - Le contradijo Ivan.
Carmen miró el reloj cuando entraron por la puerta de la estación, no se lo podía creer, ya eran las 10. El tiempo junto a su gran familia había pasado volado, no había sido consciente de lo rápido que había pasado. Lo que si sabía es que lo había disfrutado cada segundo. Llegaba la hora de la despedida, o mejor dicho de un "hasta luego". Empezaron a llegar las lágrimas a los ojos de todos, habían sido dos horas escasas, pero muy intensas y llenas de sentimientos. Pero aun podían estar unos 20 minutos más juntos, por lo que era pronto para derramar lágrimas y para despedirse. 
Una vez sentados en un banco de la estación, Geli sacó de su bolso un paquete, eran cartas, una por cada uno. 
- Quiero que las leas en el bus - Dijo Geli cuando se las entregó.
- Pero me mareo... - entristecida contestó Carmen.
- Prométeme que vas a intentarlo, si te mareas paras, pero inténtalo - Pidió Geli.
- Te lo prometo - Respondió abrazándola.
Nuria también sacó un pequeño regalo de su mochila, y se lo entregó. Carmen, al cogerlo, pudo casi adivinar que era un peluche, estaba blandito y pesaba poco. 
- ¿Puedo abrirlo? - Preguntó.
- Por supuesto, es tuyo - Afirmó Nuria.
Nerviosa empezó a romper el papel. Siempre acababa destrozando el papel, pero esta vez, lo hizo delicadamente para conservarlo. Y efectivamente, ahí estaba un pequeño peluche. Una pitufa, haciendo referencia a su avatar en twitter.
- Muchas gracias, pero no os teníais que haber molestado... 
- No seas tonta, así tienes un recuerdo de tu paso fugaz por Madrid - Le animó Dani E.
- Pero el mejor recuerdo que me llevo, no es algo material. El mejor recuerdo me lo llevo en mi corazón, en mi cabeza, y para ayudarme a recordarlo, por si alguna vez falla mi memoria, están las fotos - Contestó ella abriendo sus brazos para abrazarlos y rompiendo a llorar.
Ahora si había llegado la despedida, eran las 10:15, tenía que subirse al autobús sino quería perderlo. Y esos últimos 5 minutos antes de empezar su nuevo destino, el final, los pasó con ellos. Abrazándose, dándole ánimos, y prometiéndose que se tendría que volver a repetir pero esta vez con mucho más tiempo y con Laura y Lorena. Ivan, como gran caballero que es, le colocó la maleta en el compartimento de estas. Ella empezó a acercarse al autobús, con su rosa blanca, sus cartas, y su pitufa, acompañada de sus lágrimas, esas que le acompañarían durante todo el trayecto sin dejarla caer en la soledad. Pero cuando llegó a la puerta para subir, no pudo evitarlo, salió corriendo una vez más a por ellos para darles el último abrazo.
- ¿Os he dicho que os quiero? - Preguntó con la voz rota por su llanto. 
Tenía cogida la mano de Geli, se fue separando poco a poco, a la vez que sus ojos se inundaban más, sus dedos se iban escapando de los de Geli. Esta si era la despedida. Entró por la puerta, subió las escaleras. Se colocó en su asiento, una vez más junto a la ventana. Mientras los despedía agitando la mano, tirándoles besos. La pequeña familia que se quedaba atrás la estaba liando en el arcén. Ivan fingía desmayos con los besos que tiraba la cordobesa. Geli le daba una colleja. Nuria no paraba de reír apoyada en Dani E., Dany F. abrazaba a Yai. Así son ellos. El autobús iba calentando motores. Empezaba a avanzar marcha atrás. Carmen se iba acomodando, preparando su compañero infalible, el ipod, a la vez que seguía despidiendo a su familia. Los iba perdiendo de vista. Se le rompía el alma en mil pedazos. Pero tenía que irse en busca de cumplir su sueño. Cuando no conseguía verlos, justo en ese momento, le llegó un mensaje. Era de Alberto.


Continuará en un autobús dirección Zamora durante 3 horas y cuarto


lunes, 5 de marzo de 2012

Dreams come true (Parte 4)

Esos 5 minutos se hicieron eternos al lado de su compañero de viaje. No paraba de mirarla con cara de deseo, y ella no paraba de mirar hacia la ventana, dándole la espalda. Pero ni aún así pillaba la indirecta. Se empezaba a poner muy nerviosa. Miraba el móvil, el reloj, su ipod no era un reproductor de música, era un zumbido constante debido a que no dejaba sonar la canción más de dos segundos seguidos. Por fin el tren iba entrando en la estación y frenando poco a poco. Su cuerpo avanzaba por la frenada. Odiaba esos movimientos de cualquier transporte, sobre todo, de los autobuses urbanos de su ciudad, Córdoba. Y por fin, después de dos horas de trayecto, el tren se detuvo en la estación madrileña. Tenía 2 horas y media de "descanso" para coger el autobús hacia Zamora, tiempo muy escaso para disfrutar de la compañía de sus personas queridas, pero que aprovecharía cada segundo. Se levantó del asiento, pero el tal Ivan no lo hizo.
- Perdona, ¿me permites salir por favor? - dijo ella con el mejor tono que tenía y con educación.
- No - contestó el muy seco.
- ¿Cómo que no? 
- Si quieres salir, si quieres que te deje paso, me tienes que dar un beso.
- ¡Anda y no te flipes! - dijo ella entre el asombro de la contestación del atrevido chico y el enfado que se le estaba formando.
- De fliparme nada, quiero un beso.
- ¿Sabes? - dijo ella sentándose en las rodillas del chico, agachando su cara poco a poco hacia el rostro de él.
- No, no lo sé... - dijo con cara de satisfacción al ver que estaba consiguiendo lo que quería.
Ella empezó a acercarse poco a poco a su oreja.
- Ni en tus mejores sueños - le dijo susurrando.
 Y aprovechando el descuido de él, consiguió salir de ese rincón, con un poco de esfuerzo pero lo consiguió.
- Oye ¿Dónde vas? - dijo el chico muy enfadado por el juego que había perdido.
- El dónde voy, no te importa, pero te doy una pista, lo más lejos que pueda de ti. Por cierto, no estás tan bueno como crees, y las chicas no somos un objeto. Y mucho menos se nos consigue fácil. Y aun menos, solo por el físico. Un chico tan creído como tú, lo tiene muy crudo. Tómatelo como un consejo de compañera de viaje - Le dijo mientras cogía su equipaje, sin prestarle atención. Y aunque no era costumbre en ella, sin mirarlo a los ojos. Con la última palabra, se giró y le guiñó un ojo.


Se sentía feliz, había conseguido llegar a su segundo destino. El pequeño percance del compañero de viaje le daban aún más ganas de llegar junto a Alberto. Una de las cosas que le encanta de él es que, aunque sea un chico que hace perder el sentido a más de una chica, no se lo tenía para nada creído. Más de una "discusión" le costó con él. Él jamás lo admitirá. Y si además de ser un chico para nada creído, le añadimos su personalidad, tenemos la combinación perfecta.
Iba con paso firme, seguro y rápido. En su cara reflejaba la felicidad máxima, estaba tan solo a unos metros de Dani E., Geli, Nuria, Yai, Dany F. y no podía faltar Ivan, pero no él del tren.


Dani E. fue una de las primeras personas que conoció a través de twitter. Es como su hermano pequeño. Le encanta escucharle y darle consejos de hermana mayor. Esta lleno de locura, pero a la vez tiene un corazón enorme. Siempre que le pides un favor, o le pides consejo, ahí está él. En el momento que Carmen está mal, él lo nota, y hace lo imposible para sacarle una sonrisa. 


Geli, una de sus princesas, se conocieron gracias a Dani. Era una chica estupenda, de esas personas que no le cabe el corazón en el pecho, pero también con ese toque de locura y dulzura que caracterizaba a este grupo. Desde el primer día había cierta complicidad entre ellas. Se apoyaban mutuamente, se pedían consejo, se hacían reír la una a la otra. Pero sobre todo nació una bonita y verdadera amistad entre ellas. Siempre estaban la una para la otra, pero sobre todo en los malos momentos. Miles de noches pasando madrugadas enteras, contándose su día a día, su todo. Empezaron un proyecto juntas. Que a día de hoy sigue funcionando, cada vez mejor.


Nuria, otra pequeña princesa, se conocieron gracias a Geli, gracias al comienzo de su proyecto. Al igual que pasó con Geli, entre ellas también hubo esa complicidad, esa amistad pura. Corazón de gigante, loca, romántica empedernida, enamorada y dolorida por esos golpes que te da el amor. Disponible para Carmen las 28 horas del día, para ser una amiga de verdad en los malos momentos, al igual que para ayudarla con las ideas y las sorpresas para Alberto. Al igual que Carmen para ella. Es de estas personas que si un día te falta una noticia de ella, se echa mucho de menos.


Yai, la más pequeña de las princesas, y Dany F., novio de Yai. Al igual que Nuria, se conocieron gracias a Geli y a su proyecto. Locura y dulzura en persona. Mezcla explosiva. Enamorada hasta los huesos de Dany. Juntos hacen una pareja preciosa. Día a día eran la envidia de Carmen, también quería poder estar al lado de Alberto y hacerse las miles de fotos y dedicatorias que ellos dos se hacían. 


Ivan, amigo gracias a Geli. Es un amor de chico, preocupándose siempre por los suyos. Con cierta debilidad hacia las cordobesas. Romántico nato. Uno de los objetivos que tenía Carmen, era que Ivan y Geli acabaran juntos. Incluso un día estuvo organizando una ficticia boda.


Lo que caracterizaba a este grupo, aunque faltaran personas como Lorena, Laura, ya que no son de Madrid, es que son una gran familia. 


Mientras recordaba algunos de los mejores momentos que había vivido con ellos, iba subiendo poco a poco por la rampa mecánica de la estación. Su cara reflejaba la ilusión y las ganas que tenía de verlos. Llena de felicidad con una amplía sonrisa. Llegó arriba del todo. Avanzó para no molestar a los demás, miro a su alrededor y...


Continuará, tiempo totalmente parado al verlos...


viernes, 2 de marzo de 2012

Dreams come true (Parte 3)

Se quedó durmiendo casi a mitad de trayecto, con la pequeña libreta llena de ideas:
- Preparar el desayuno
- Cartas escondidas
- Pistas para conducirlo a algo
- Recogerlo en la universidad sin decirle nada
- ¿Rosas?
Y la lista continuaba hoja tras hoja, hasta completar 5. A otra cosa quizás, pero a imaginación no le ganaba nadie. Lo conocía, sabía que le gustaba, sabía que podía dárselo día tras día. No quería que hubiera un día sin obtener miles de sonrisas. Aunque seguro que por su forma de ser, tanto la de él como la de ella, las sonrisas saldrían solas sin sorpresas. Pero cuando una chica es detallista, romántica y soñadora, no se le pueden parar los pies. Y más, si es junto a una persona como él, que al igual que ella, disfruta de los pequeños detalles que le ofrecen y ella estaba dispuesta a cubrirlo de pequeños detalles.
Pasó una media hora desde que se durmió, se despertó sobresaltada, el móvil, tenía un whatsapp:
- "Preparada para el día?", era de Jorge
- "Más que preparada, llevo hora y media de tren ya, ya mismo estoy allí, aún no me lo creo", respondió
- "Más te vale que la botella no sea de negrita y sea de las buenas" 
- "No te preocupes por eso, cumplo con mis promesas jajajaja" "Oye, se ha despertado Alberto ya?"
- "Si, y no hay quién lo calle, está intentando sobornarme"
- "Ni se te ocurra decir nada!!! Te duplico su oferta por tu silencio"
- "Ya sabes que no hace falta, te di mi palabra ;)"
- "Claro claro... ahora llaman al ron palabra? :P"
- "Qué se lo digo!"
- "Vale ya me callo" "Bueno aún no, estoy muy nerviosa, quiero verlo"
- "Te aseguro que no se lo espera para nada, seguro que no se lo creerá aunque te vea" "Te dejo, que voy a la uni, nos vemos en la estación ;)"
- "Oki ^^, ten buen día" "Un beso" 
Ahora no podía volver a dormirse, estaba ya cerca de su segundo destino. Aún tenía que pensar en la llegada. Pero se le ocurrió una idea mejor, mandarle un mensaje de buenos días a Alberto: 
"Buenos días principito, estoy muy nerviosa... Espero que todo salga bien. Perdona por haberte abandonado ayer tan pronto, pero necesitaba dormir, ya lo entenderás cuando te cuente tranquilamente ;). Qué tal has dormido? Espero que genial. Me hubiera encantado ver esa carita de angel mientras duermes... No olvides que me encantas, te echo de menos. Cuando llegue, hablamos (K)" 
Le dejó un par de indirectas en el mensaje, pero como él no sabía cuál era el "examen" ni la "sorpresa", no le daría mayor importancia.
Estuvo todo el trayecto sola, no había nadie a su lado, hasta la penúltima estación. Cuando el tren hizo su parada, subió un chico. Era un chico espectacular, pero ella iba centrada en Alberto, ni siquiera se dio cuenta de que había subido alguien. Hasta que el chico se sentó a su lado. Era un chico alto, rubio de ojos verdes. Iba con traje, así que iría a la capital a trabajar. Carmen no le prestó mucha atención hasta que le habló. 
- Perdone señorita, hoy me ha quitado mi sitio.
- ¿Disculpe? - dijo ella mientras se quitaba los auriculares - Estaba escuchando música y no le he oído
- Primero no me llames de usted, soy demasiado joven para eso.
- Bueno, perdona, pero tampoco te conozco para hablarte de tú.
- Eso de no conocerme tiene remedio... 
Ella esbozó una sonrisa para no parecer maleducada, y bajó la mirada. El chico se dio cuenta que, quizás, su comentario no era oportuno y que ella parecía incómoda. 
- Perdona, me presento, me llamo Ivan. Y te decía que hoy me has quitado mi sitio.
- No, comprobé el número mil veces antes de sentarme aquí...
- Ya lo sé - dijo casi sin dejarle acabar - pero siempre me pongo ahí. Me gusta la ventana. 
- Ah pues... Lo siento, pero la ocasión merecía la pena. Quizás si te hubieras adelantado, tendrías ventana.
- Puede ser, pero prefiero pagar el precio de no tener ventana si estoy sentado junto a una chica como tú. 
Ella estaba algo incómoda, odia esos tipos de chicos. Esos chicos chulos, que creen que pueden tener cualquier cosa cuando ellos quieran. El trayecto se le estaba haciendo larguísimo. Pero tenía un lema: "para chulo tú, chula yo".
- Eres muy gracioso - dijo ella con una pequeña risa, esas risas insignificantes, esas que haces para reír la gracia - Perdona, sigo escuchando música.
Irene, su mejor amiga, habría estado orgullosa de su contestación. La cara del chico creído era un poema. Era una mezcla de "no puede ser que me hayan dado un no" con "ostia la tía". Ella reía para si misma, disfrutaba demostrándole a ese tipo de chicos, que con ella eso no funcionaba. 
Quedaban 5 minutos de trayecto, estaba deseando llegar a la estación de Madrid, para luego coger el bus hacia Zamora. 
Y pensaréis, ¿por qué la estación de Madrid? Sencillo, ahí tenía que hacer una parada, obligatoria, para ver a unas personas muy importantes para ella. ¿Quiénes serán?

Segundo destino casi conseguido, continuará... 





jueves, 1 de marzo de 2012

Presentación de personajes Dreams come true

En un principio, no tenía pensado ponerles nombre a los personajes, pero viendo que cada vez va teniendo más seguidoras y más seguidores, he pensado en haceros una pequeña presentación-descripción de los personajes que ya han aparecido a lo largo de la historia, cada vez que aparezca uno nuevo, aparecerá con él su descripción.

Alberto, él, 19 años. Estudiante universitario de una ingeniería. Alto, delgado, con el cuerpo curtido debido al deporte, es atleta. Sus piernas, perfectas, fuertes de sus entrenamientos, bien marcadas. Brazos bien definidos, con aspecto de ser muy protectores y muy confortables estar entre ellos. Cabello moreno, que acompaña a su piel morena. Sus labios no son finos, pero tampoco gruesos, digamos un grosor medio. Sonrisa amplía, iluminada por sus dientes blanquísimos. Ojos marrones, muy abiertos, con las pestañas larguitas, forman una mirada que hace perder el sentido. Su nuez es pronunciada. Físicamente, es un chico que haría perder la cabeza a cualquier chica, que enamora con una sonrisa o una mirada. Personalidad única, sincero, bromista, romántico, cariñoso y detallista. Corazón enorme, aprecia realmente el significado de las cosas, esas pequeñas y grandes cosas. Luchador nato, se empeña en conseguir sus sueños y lucha por ellos. Fan incondicional de fórmula 1, y con gran gusto musical. Es de estos chicos que no le importa sacar a su chica a bailar delante de toda la ciudad. Tampoco le importa demostrarle al mundo que está enamorado. Le gusta pasear con su chica debajo de las estrellas y regalarle un susurro, una mirada, una sonrisa... Ese chico con el que correrías bajo la lluvia y pararías de repente, lo mirarías a los ojos y lo rodearías con tus brazos, buscarías sus labios para saborearlos y después obtener una gran sonrisa, sin importar el catarro, o romper esos zapatos que tanto te gustan. Es ese chico con el que se te para el tiempo y el mundo a tu alrededor, y solo te importa hacerlo feliz. Es, simplemente, perfecto.


Carmen, ella, 20 años. Estudiante de enfermería de último año. Es de esas chicas que te es imposible no mirar cuando vas por la calle. Destaca, sobre todo, su sonrisa inigualable, sincera y pura. U otro punto fuerte, sus ojos marrones grandes, acompañados de unas largas pestañas. Físicamente algunos se atreven a decir que tiene cuerpo de diosa. Es alta, delgada, cuerpo atlético y tonificado. Su piel muy morena, característica de muchas mujeres de su tierra. Otra de las cosas que más resalta en ella, es su pelo castaño, largo hasta llegarle a media espalda, con un brillo especial que ilumina su rostro. Es la envidia de sus amigas, cualquier peinado le sienta. En cuanto a personalidad, dulce, segura de si misma, romántica, soñadora, muy organizada, ingeniosa, le gustan los nuevos proyectos y las sorpresas, con una locura sana, divertida, de esas que salen a bailar hasta destrozar los tacones. Amiga de sus amigos, como una pequeña madre, siempre ahí para quién lo necesite, le encanta cuidar de los suyos, capaz de partir piernas si alguien se mete con alguien que ella quiere. Es una chica independiente y capaz de dejarlo todo atrás por un sueño, siempre que estuviese segura de que valdría la pena, y este caso, merecía la pena hacerlo.


Jorge, compañero de piso de él, 20 años. Estudiante de arquitectura. Es alto, cuerpo atlético, juega en un equipo de fútbol. Lo que más llama la atención de su físico son sus grandes ojos verdes, y su pelo moreno rizado. Tiene la cara muy fina con una amplia sonrisa. Le gusta ayudar siempre que el fin sea bueno. En este caso, conseguir que su compañero de piso haga realidad uno de sus sueños. Un poco loco, de esa locura sana que se contagia. Dispuesto a pegarse siempre unas risas, pero sobre todo, dispuesto a darse una buena fiesta. Al igual que Alberto, es un chico romántico, detallista, bromista y muy buen chico... Ideal para la mejor amiga de ella, y como tal, tanto Alberto como Carmen, están empeñados en unirlos. ¿Quién sabe si lo conseguirán? 


Paréntesis de la historia Dreams come true...





jueves, 23 de febrero de 2012

Dreams come true (Parte 2)

Le gustaba ser más que puntual, el tren salía a las 6, y a las 5 y media ya estaba en la estación. Sentada en un banco, sin parar de mover la pierna por los nervios, mirando el reloj, ese que cada segundo parecía que marcaba una hora, quería que llegara ya la hora para poder llegar cuanto antes a su destino, pasaba la música de su ipod a toda velocidad, ninguna canción le parecía adecuada para el momento.
- Demasiado rápida, me pongo mucho más nerviosa. Demasiado lenta, me dan ganas de llorar... - pensaba en su cabeza, hasta que llegó a I'll be there for your - Richie Sambora - Demasiado perfecta, demasiado él... Me encanta. 
Decidida por fin la canción, era la única que sonaba en su reproductor, le daban muchas más ganas de estar junto a él, escucharla entre sus brazos, a la vez que susurrando le cantaría el estribillo, aunque se muriera de vergüenza, pensaba que a él le encantaría, se sabía la letra de memoria desde que él la puso un día que tuvieron una pequeña pelea, lo único que hizo al día siguiente fue escucharla, junto leer su letra una y otra vez, confirmándose a sí misma que él era más que perfecto, al recordar ese día sonreía, qué tonta fue... A veces eso es lo mejor de las discusiones, recordarlas como algo gracioso, un momento que vivieron juntos y que supieron superarlo con creces, a cada pelea se hacia más fuerte lo que sentía. Se le pasó por la cabeza, justo en ese instante, hacer algo para poder compensarle por alguna de sus pataletas. ¿Qué podía hacer? ¿Qué podía llevarle para sorprenderlo cada día que estuviera allí? Tenía tiempo para pensarlo y perfeccionarlo, todo tenía que ser perfecto, tenía que demostrarle a cada segundo que sus sentimientos no eran suposiciones y que los sentía de verdad como nunca antes lo había sentido. Volvió a mirar la hora, pensando en él, en cómo sorprenderlo, se le había pasado el tiempo volando, 5:45, hora perfecta para ir montándose en el tren. A cada paso que daba su corazón daba un giro, estaba un paso más cerca de sus brazos, estaba soñando despierta, solo el pensarlo hacía que sus pulsaciones se aceleraran, iba caminando más deprisa, deseaba estar junto a él. Se paró justo delante del tren, relajó sus hombros, soltó todo el aire, subió la cabeza mirando a la nada, y al bajarla, volvió su mirada de seguridad mezclada con ilusiones y esperanzas. Entró con paso firme, primer destino, hacia el más importante, conseguido. Buscó su sitio con la mirada perdida, había escogido la ventana, como siempre que viajaba. Colocó sus cosas, se introdujo entre los asientos hasta llegar al suyo, se sentó y sacó su móvil. Empezó a revisar todos los mensajes que tenía de él desde que se conocieron, se los sabía de memoria y recuerda el momento exacto en el que le llegaron, también el motivo que le hacía a ella mandárselos. Pasó a su twitter y empezó a leer los mensajes directos de la noche anterior, cada vez que le llegaba uno nuevo no podía parar de reírse. Se estaba asegurando, disimuladamente, que su compañero de piso, el que iba a recogerla, no había sido maltratado ni sobornado para que le contara la razón de por qué tenía que quedarse él en el piso durante toda esa semana, sin poder volver a casa durante el fin de semana. 
("Te puedes creer que me van a secuestrar en mi propio piso para no poder volver a casa?") Fue su primer MD de la noche.
("Y eso? Seguro que te la van a liar, alguna putada o algo") Le contestó ella.
("No sé qué está tramando, pero me da miedo, mucho miedo...") ("He intentado sacarle algo pero es imposible, me ha dicho que se lo agradeceré") ("Espero que no intente emborracharme jajaja") Le respondió él.
("Seguro que es una tontería, confía en él, aunque yo también tendría miedo jajaja") Intentaba aparentar la máxima normalidad posible, aunque se moría de ganas de decirle: "Estoy preparando la maleta, por eso no quiere que te vayas en el fin de semana..." Pero si quería sorprenderlo, tendría que guardar el secreto. ("Peque, te abandono, tengo que estudiar, ya sabes que tengo mañana un examen importante") ("Buenas noches pequeño, descansa y ya me irás contando jijiji (K)") Pequeña mentira para que no sospechara nada de por qué se iba tan pronto a dormir, aunque ella sabía que no podría dormir, pero tenía que hacer un esfuerzo para que no tuviera demasiadas ojeras la primera vez que pusiera sus ojos en ella. 
("Mucha suerte princesa, seguro que lo harás genial! (K)") Fue el último MD que recibió de él.
Suspiraba y se reía... si supiera que su examen importante era él, y que su sorpresa era ella... No quería ni imaginárselo.  
El tren se puso en marcha, le esperaban 2 horas de viaje, sacó una pequeña libreta del bolso, y un bolígrafo, "Para sorprenderlo", fue el título que puso en la primera hoja. Empezó a apuntar cualquier cosa que se le pasaba por la cabeza, una semana da para mucho. 


¿Primer destino? Continuará...