viernes, 9 de marzo de 2012

Dreams come true (Parte 5)

Allí estaban ellos, esperándola. Antes de que se pudiera dar cuenta de que eran ellos, ya estaba rodeada de los suyos. Abrazada por todos a la vez, quedando ella en el centro. Sus lágrimas bajaban mojando sus mejillas de la felicidad que inundaba su cuerpo. No faltaba nadie. Le faltaban brazos para poder abrazarlos a todos.
- ¿Pero por qué lloras tonta? - Dijo Dani E.
- Que no me lo creo aún, que alguien me de un pellizco - articuló Carmen entre lágrimas.
Geli, sin pensarlo dos veces, lo hizo.
- ¡Ay! Eso ha dolido - gritó quejándose.
- ¿Te he demostrado que es verdad no? - preguntó Geli.
- Con un beso de bienvenida me habría bastado ¿sabes so penca? - dijo acercándose a ella para rodearla entre sus brazos y dándole muchos besos en la mejilla.
- Oye, comparte, yo también quiero - Insinuó Ivan
- Tranquilo, tengo para todos - aseguró esbozando una sonrisa de las más sinceras que había regalado nunca.
Empezó a acercarse uno por uno, mientras Geli cuidaba su maleta, saludándolos, abrazándolos y, como no, comiéndoselos a besos. Después de Geli fue el turno de Dani E., seguido por Nuria, Ivan, Yai y Dany F. Al llegar a este último, esbozó una sonrisa cómplice con todos los demás, sacando de su espalda una rosa blanca.
- Pero bueno, ¿y esto? - exclamó Carmen sorprendida
- Es un pequeño detalle de bienvenida que hemos querido tener contigo, aunque te advierto que no es el único - río Dany F. entregándosela.
- Pero, ¿por qué os habéis molestado? Ya sabéis que solo puedo estar 2 horas y poco más con vosotros.
- Porque te lo mereces y punto, tú calla y disfruta del poco tiempo - ordenó Yai.
- Además como te ha dicho Dany, no es el único - aclaró Nuria.
- De verdad, sois tontos... Aunque venía preparada y no os vais a ir con las manos vacías, también os he traído un pequeño detalle - les contaba mientras rebuscaba en su bolso en busca de unos pequeños sobres.
En cada sobre estaba el nombre de cada uno de ellos, y aunque no estuvieran, también había para Lorena y Laura, que se encargaría de mandárselos cuando llegara de nuevo a Córdoba. Todos los sobres contenían lo mismo, una pequeña pulsera hecha de cuerda de escalada. 
- Como la pequeña, gran, familia que somos, quiero que todos compartamos algo significativo, algo que cada vez que lo veamos, nos acordemos de todos, que nos dé fuerzas en esos días de bajón, que nos recuerde que nos tenemos los unos a los otros para pasar los baches. Algo que solo nosotros tengamos - Dijo mientras los repartía. 
Se las pusieron en cuanto abrieron el sobre. Se hicieron varias fotos de grupo sujetando un cartel que ponía "Laura y Lorena, we miss you". Y se las mandaron vía whatsapp al instante. 
- "Quiero estar ahí" - Puso Lorena 
- "Yo también, ¡qué envidia! - Respondió Laura
Fueron a una cafetería a desayunar, no pararon de reír, darse abrazos y besos, hacerse miles de fotos, y cómo no, haciendo de las suyas. Esta vez la víctima fue Dani E., por no haberse leído la saga de "Canciones para Paula - Blue Jeans". Estaban desayunando churros con chocolate, y le propusieron el famoso juego de taparse los ojos con servilletas, mojar un churro en chocolate, y dárselo a la otra persona, el que acabara menos manchado es el que gana, pero claro, uno de ellos haciendo trampas, en este caso Carmen. Los demás ya la veían venir. Resultado: Dani con la cara totalmente llena de chocolate, los demás, de tanto reír, con dolor de barriga. 
- ¿Pero por qué te fías de mi? - Preguntó Carmen entre lágrimas de tanto reír.
- ¡Es que yo pensaba que eras buena persona! - Respondió Dani
- Pues verás como la próxima vez nos haces caso y te lees los libros - Dijo mientras se limpiaba las lágrimas.
Después del desayuno se fueron dirigiendo a la estación de autobús, el tema estrella era la sorpresa de Alberto. Que todos estaban más que informados y que estuvieron siguiendo el día a día de la planificación, ayudando con la sorpresa dando ideas, los nervios, las dudas... Fueron días complicados, hubo varios problemas en la planificación pero que poco a poco se fueron resolviendo. 
- ¿No sospecha nada? - Preguntó Geli
- Que yo sepa, absolutamente nada, confío en Jorge, además le he dado varias indirectas y no me ha dicho nada, y encima ayer me decía que pensaba que sus compañeros le querían hacer alguna putada, porque le han negado volver a casa el fin de semana. 
- ¡Quiero ver su reacción! ¡Grábalo por favor! - Exclamó Nuria
- Que os creéis vosotros que en cuanto lo vea lo primero que haga sea preparar el móvil para grabarlo, lo siento chicos, pero estaré temblando como un flan, y lo único que quiero hacer en ese momento es tirarme a sus brazos, aunque a él no le dé tiempo a cogerme, pero por lo menos lo intento.
- ¡Qué bonito es el amor! ¿A que sí tontito? - Dijo Yai mientras se enganchaba al brazo de Dany F. y se acurrucaba.
- Por supuesto que si princesa, sino míranos a nosotros. - Le contestó con una gran sonrisa. 
- No sé cómo podéis ser tan empalagosos... - Se quejó Dani E.
- Hombre, yo también sería empalagoso con mi chica - Le contradijo Ivan.
Carmen miró el reloj cuando entraron por la puerta de la estación, no se lo podía creer, ya eran las 10. El tiempo junto a su gran familia había pasado volado, no había sido consciente de lo rápido que había pasado. Lo que si sabía es que lo había disfrutado cada segundo. Llegaba la hora de la despedida, o mejor dicho de un "hasta luego". Empezaron a llegar las lágrimas a los ojos de todos, habían sido dos horas escasas, pero muy intensas y llenas de sentimientos. Pero aun podían estar unos 20 minutos más juntos, por lo que era pronto para derramar lágrimas y para despedirse. 
Una vez sentados en un banco de la estación, Geli sacó de su bolso un paquete, eran cartas, una por cada uno. 
- Quiero que las leas en el bus - Dijo Geli cuando se las entregó.
- Pero me mareo... - entristecida contestó Carmen.
- Prométeme que vas a intentarlo, si te mareas paras, pero inténtalo - Pidió Geli.
- Te lo prometo - Respondió abrazándola.
Nuria también sacó un pequeño regalo de su mochila, y se lo entregó. Carmen, al cogerlo, pudo casi adivinar que era un peluche, estaba blandito y pesaba poco. 
- ¿Puedo abrirlo? - Preguntó.
- Por supuesto, es tuyo - Afirmó Nuria.
Nerviosa empezó a romper el papel. Siempre acababa destrozando el papel, pero esta vez, lo hizo delicadamente para conservarlo. Y efectivamente, ahí estaba un pequeño peluche. Una pitufa, haciendo referencia a su avatar en twitter.
- Muchas gracias, pero no os teníais que haber molestado... 
- No seas tonta, así tienes un recuerdo de tu paso fugaz por Madrid - Le animó Dani E.
- Pero el mejor recuerdo que me llevo, no es algo material. El mejor recuerdo me lo llevo en mi corazón, en mi cabeza, y para ayudarme a recordarlo, por si alguna vez falla mi memoria, están las fotos - Contestó ella abriendo sus brazos para abrazarlos y rompiendo a llorar.
Ahora si había llegado la despedida, eran las 10:15, tenía que subirse al autobús sino quería perderlo. Y esos últimos 5 minutos antes de empezar su nuevo destino, el final, los pasó con ellos. Abrazándose, dándole ánimos, y prometiéndose que se tendría que volver a repetir pero esta vez con mucho más tiempo y con Laura y Lorena. Ivan, como gran caballero que es, le colocó la maleta en el compartimento de estas. Ella empezó a acercarse al autobús, con su rosa blanca, sus cartas, y su pitufa, acompañada de sus lágrimas, esas que le acompañarían durante todo el trayecto sin dejarla caer en la soledad. Pero cuando llegó a la puerta para subir, no pudo evitarlo, salió corriendo una vez más a por ellos para darles el último abrazo.
- ¿Os he dicho que os quiero? - Preguntó con la voz rota por su llanto. 
Tenía cogida la mano de Geli, se fue separando poco a poco, a la vez que sus ojos se inundaban más, sus dedos se iban escapando de los de Geli. Esta si era la despedida. Entró por la puerta, subió las escaleras. Se colocó en su asiento, una vez más junto a la ventana. Mientras los despedía agitando la mano, tirándoles besos. La pequeña familia que se quedaba atrás la estaba liando en el arcén. Ivan fingía desmayos con los besos que tiraba la cordobesa. Geli le daba una colleja. Nuria no paraba de reír apoyada en Dani E., Dany F. abrazaba a Yai. Así son ellos. El autobús iba calentando motores. Empezaba a avanzar marcha atrás. Carmen se iba acomodando, preparando su compañero infalible, el ipod, a la vez que seguía despidiendo a su familia. Los iba perdiendo de vista. Se le rompía el alma en mil pedazos. Pero tenía que irse en busca de cumplir su sueño. Cuando no conseguía verlos, justo en ese momento, le llegó un mensaje. Era de Alberto.


Continuará en un autobús dirección Zamora durante 3 horas y cuarto


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