lunes, 20 de febrero de 2012

Dreams come true (Parte 1)

"I got a burning here inside of me, never felt like this, never felt like this..."
Es el primer sonido del que es consciente, es su despertador, con una de sus canciones favoritas (Nervo - Irresistible), anunciando que son las 4 de la mañana. ¿Y, os preguntaréis, qué hace una persona normal, despertándose a las 4 de la mañana? Empezando con que ella no es normal, y mucho menos era un día normal...
Fue abriendo sus ojos, poco a poco, aunque le estaba costando, era muy temprano, los nervios no le habían dejado dormir al ser consciente de que era el día, ese que tantas noches había soñado, ese que aún no creía que, por fin, se iba a cumplir. Tantas noches aspirando su aroma en su almohada, escuchando su voz, imaginando cómo sería el tacto de su piel, a qué sabrían sus labios, su cuerpo, cómo se sentiría al estar entre sus brazos, sintiendo su respiración en el pelo, escuchando su corazón, sintiendo sus caricias... Era el día, iba a arriesgarlo todo, se enfrentaba a un posible no, pero el no ya lo tenía, tendría que luchar por el si, y estaba decidida a hacerlo. Sabía que merecía la pena intentarlo, que podía ser muy feliz junto a él, y sino fuera así, disfrutaría al máximo de su compañía durante su estancia, aunque la vuelta fuera muy dolorosa, pero siempre recordaría cada sonrisa dedicada por él, solo y exclusivamente para ella, su princesita, sus ojos clavados en los suyos, cuando casi sin voz le dijera lo mucho que le encanta a su principito. Tan solo de imaginarlo, y aún sin vivirlo, se estremecía en su cama. No podía perder más tiempo, era hora de comenzar el día.
Estaba totalmente nerviosa, con esa sensación que todos hemos tenido alguna vez antes de salir de viaje, y sobre todo si es un viaje importante, ya sea personal o profesional. Al igual que esa sensación de: "Se me olvida algo, ¿qué es?" Pasarte horas y horas dando vueltas a la cabeza, recorriendo la casa para ver si así logras recordarlo, pero ella no tenía tiempo para eso. Llevaba dos semanas preparando la sorpresa con la ayuda de su compañero de piso. La idea, en un principio, era ir sin decirle nada a él, su compañero de piso la recogería en la estación, y ella lo sorprendería en su piso, ¿de qué forma? Aun no lo sabía, tenía bastantes horas de viaje para pensarlo, tampoco sabía si estaría en casa, o estaría en la universidad. Tenía que plantear dos opciones.
Empezó a vestirse, tenía pensado qué se iba a poner desde que tuvo los billetes en la mano: un vaquero de color azul claro, un corsé y chaqueta negros y, aunque el tacón le hiciera daño, unos botines negros, con la altura perfecta para llevar el vaquero por dentro, con un considerable tacón de cuña. Tenía que estar perfecta, más que nunca, quería que al verla no frenara sus ganas de darle un beso, uno de esos besos sinceros, tiernos, que tantas veces se dieron a través de la pantalla. Se moría de ganas de probar sus labios, esos besos que se negó a describirle cómo eran. No sabía si sus ganas iban a aguantar tantas horas de viaje, pero por él merecía la pena. No paraba de sonreír al soñar despierta con él. Era el día y no podía creérselo. ¿De verdad había llegado ese día que tanto deseaba? Necesitaba un pellizco, muy doloroso, para comprobarlo. Segundos más tarde, se percató que no era un sueño, menudo pellizco... Era un poco bestia.
Tocaba un poco de su perfume favorito, y que sabía que él perdería la cabeza, el pelo ya estaba perfecto, un toque de maquillaje, como siempre, maquillada pero natural, un poco de color en los ojos con una línea verde, su máscara de pestañas favorita, un poco de gloss hidratante y con el tono justo para que todas las miradas se centraran en su sonrisa. No paraba de mirarse al espejo, ¿estaría lo suficientemente perfecta para él? Ella pensaba que jamás podría llegar a estarlo, pero se le hacía tarde, tenían que llevarla en coche hasta llegar a la estación de tren, coger uno, ya que es más cómodo y rápido, hasta la estación más cercana de su destino para coger un autobús, y finalmente, tomar el autobús que la llevaría hasta la ciudad, esa ciudad que sería testigo de sus paseos juntos de la mano, sus miradas cómplices, sus besos, sus caricias, sus abrazos, sería cómplice de su amor perfecto pero imposible.




Continuará, en el trayecto para conseguir su amor perfecto...



3 comentarios:

  1. Ya sabes que es perfecta, que me encanta y que espero que si todo va bien ésto pase en la realidad! ^^

    Te quiero bonita!! :)

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  2. Esperemos... ya sabes que me encantaría... :$

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  3. Ese amor perfecto con el que todas soñamos, relato encantador ^^ espero el siguiente pedazo :)

    Besiños guapa!

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